Un paseo en mitad de la tormenta
Si no lo hubiera tenido previsto, Del Bosque habría tenido que improvisar la mañana de asueto en Washington. La habitual paz de la concentración española se vio alterada la noche anterior con las noticias que llegaban desde Inglaterra sobre Costa y la pillada a Piqué en un acto de patrocinio, con el propio Vicente de actor secundario. Y lo mejor era pasear, ir de compras y mirar para otro lado. La gran preocupación de todos los seleccionadores antes de una fase final es que el mercado de fichajes no altere la vida cotidiana de los internacionales. Eso es imposible. Los futbolistas, además de pensar en el Mundial, están preocupados por su futuro. Inevitable. Pero si además sus posibles traspasos se airean en los medios, el asunto se agrava.
Pero el turismo por la capital norteamericana ha durado unas horas y es momento para volver a verle la cara a Cesc Fàbregas, perjudicado por la indiscreción de Piqué a la hora de facilitar incluso el precio de su traspaso al Chelsea. Tampoco le viene bien a Costa que se desvele el pago de su cláusula de rescisión. De la sensatez y el tino de Del Bosque para manejar estas situaciones dependemos en este torneo. No ha empezado bien Vicente, enfurruñándose con la Prensa porque su divertida charla con Piqué viera la luz. Estaban en un acto público y en un lugar público. El único enemigo de ambos fue la indiscreción. Y hablo con conocimiento de causa. Yo también fui lenguaraz y acabé cazado por un micro abierto. Hay que apechugar.