Rossi tenía razón: era una cuestión de honor

Al acabar el GP de Francia y mirando ya al siguiente compromiso, Rossi afirmó que la carrera de Italia sería una cuestión de honor. Y así ha sido… aunque con matices sobre lo que pronosticaba El Doctor. Se refería, lógicamente, a la trascendencia que para él tenía competir en su país en un momento de forma mucho más solvente que en años anteriores y a la posibilidad de frenar en Mugello la racha de Márquez. Sus ambiciones no se han cumplido, porque en ningún momento se reveló como un escollo serio para los aspirantes al triunfo, pero sí que acertó con los que se tomaron la lucha por la victoria como esa cuestión de honor que indicó. Y gracias a este empeño hemos disfrutado de la mejor carrera de MotoGP del año y una de las mejores de los últimos tiempos.

Una lucha desigual entre Márquez y Lorenzo, puesto que uno ponía más sobre el tapete de juego que el otro y, sin embargo, ninguno de ellos hizo concesiones al rival. Me refiero a que Marc podría haberse conformado con un valioso segundo puesto a la vista de su ventaja al frente del Mundial, aunque eso hubiera supuesto una cierta decepción para sus seguidores… y desde luego que para él. Por eso en ningún momento dio por buena la segunda plaza, incluso siendo consciente de que su contrincante esta vez tenía poco que perder y mucho que ganar. Al mallorquín sólo le valía estar en lo más alto del podio, debía intentarlo hasta las últimas consecuencias y así lo hizo. Un esfuerzo meritorio pero baldío, se encontró de nuevo con el Márquez inspirado e imparable que llevamos viendo durante 2014. Y con ello todos ganamos, el coraje y pundonor de estos chicos se tradujo en un espectáculo excepcional, de los que hacen más grande a este deporte…