Mónaco, el gran premio de los pilotos

Que las calles de Montecarlo son el escenario menos adecuado para una carrera de cuantos componen el calendario del Mundial de Fórmula 1 parece una evidencia incontestable. Sin embargo, los pilotos tienen esta cita como la más esperada del año, así que algo tendrá el Principado cuando enamora a los auténticos protagonistas de este deporte espectáculo. Y creo que mientras ellos quieran continuar corriendo allí se debe seguir haciendo, siempre que las garantías de seguridad sean las exigibles. A diferencia de otras competiciones en trazados provisionales y marcados en vías públicas, en Mónaco no se han producido accidentes graves en los últimos tiempos, aunque resulte increíble que así sea. Toquemos madera…

En mi opinión, la seguridad es la clave para la supervivencia de un circuito, por mucha tradición o glamour que rodee a algunos de ellos. El día que se demuestre que Montecarlo es realmente peligroso, los pilotos de Fórmula 1 serán los primeros en negarse a volver allí, estoy convencido. La pista es anacrónica en relación a las exigencias a las que se somete a cualquier trazado de nueva construcción, aunque también es verdad que su velocidad resulta muy inferior y la resistencia de los monoplazas ha mejorado exponencialmente en los últimos años. En esas condiciones lo cierto es que Mónaco es un gran premio único e irrepetible, un marco extraordinario para un evento deportivo hacia el que se dirigen las miradas del mundo entero. Los pilotos parecen disfrutar allí como en ningún sitio, ése el mejor aval para esta carrera mítica en un circuito imposible.