Viejo sheriff de piernas arqueadas
Los futbolistas retirados conservan una gallardía que no tiene ningún otro excombatiente. No se aprecia en las fotos. Hay que verlos andar. Basta eso para distinguirlos de inmediato. Las piernas arqueadas, la autoridad de quien fue jefe, el porte de un viejo sheriff. El futbolista retirado vio naves arder más allá de Orión. Dicho de otro modo: jugó al fútbol y le pagaron por ello. Imaginen. Y ahora imaginen más. Quienes ayer nos visitaron ganaron títulos, vivieron entre aclamaciones, vistieron la camiseta de la Selección, fueron ídolos envidiados y cromos codiciados.
Con nosotros, completan sus recuerdos. Curiosamente, sabemos cosas que ellos olvidaron. No es tan extraño. Su vida cotidiana era nuestra vida extraordinaria. Alejados ellos de los focos y nosotros de la inocencia, el encuentro se produce a mitad de camino, en un mirador con vistas formidables. Quien no lo entienda, de puro joven, que se imagine junto a Cristiano dentro de treinta años. O con el Cholo. Compartiendo aperitivo, sin prisa. Quien lo quiera entender que se asome a la juventud de estos viejos vaqueros. Verá lo que es bueno.