Rápido, habilidoso y combativo
Panadero Díaz llegó al Atlético en el verano del 73 con Ayala y Heredia. Juan Carlos Lorenzo se los trajo para un Atlético que, tras ganar la Liga, quería conquistar la Copa de Europa. El gasto en fichajes fue de 201 millones de pesetas, pues también reforzó la portería con Reina. La cuota de socio mensual subió 25 pesetas, con lo que a partir de enero se pagarían 150 cada mes. Todo por la misma causa que ahora, lograr el título continental, que se escapó en aquel zapatazo de Schwarzenbeck. Un partido que no jugó Panadero, expulsado en Hampden Park ante el Celtic, encuentro calentado por su pasado en el Racing de Avellaneda.
Pegaba, sí. Tenía fama de duro y no se afeitaba antes de los partidos para meter más miedo al rival. Pero eso no escondía la tremenda calidad que tenía. Lateral zurdo, manejaba la banda como pocos, tenía buen regate y excelente golpeo de balón. De los tres goles que hizo en el Atlético uno fue al Madrid de golpe franco en un 4-0 y otro al Barça en el Camp Nou, partido en el que se armó la tremolina tras su tanto. Panadero tenía el espíritu ganador y combativo de este Atlético que 40 años después vuelve al asalto de la Copa de Europa.