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La última ocurrencia del Cholo

Superada la resaca del título liguero, el Atlético ya se ha metido de lleno en la preparación de la otra finalísima, el más difícil todavía, su verdadero ajuste de cuentas con la historia, la Copa de Europa que hace 40 años se dejó a medias. Un acontecimiento especial que los nuevos tiempos han convertido de alguna manera en costumbre. Será la octava final que afronten los del Calderón (nueve si se cuenta como tal la liguera del Camp Nou) en cuatro años, la sexta en el trienio glorioso de Simeone. Y la verdad es que cada liturgia previa ha sido un espectáculo táctico.

Ha vuelto a suceder. A Simeone se le ha ocurrido una idea, una variante sobre su plan habitual. O eso se deduce del espionaje sagaz de su entrenamiento de ayer. Y aunque la medida huele a ataque de entrenador por los cuatro costados, a paso atrás o mensaje de miedo, con el Cholo no conviene apresurarse. Contra la baja de Diego Costa, un centrocampista de contención más; contra el vértigo que se pierde una refuerzo del equilibrio. Mario Suárez, por detrás, y Gabi y Tiago, un poco por delante, el trivote de toda la vida. Una invitación a protestar, pero la verdad es que Simeone ha cambiado los convencionalismos: los jugadores principales son ahora secundarios, prescindibles, y los principales se han vuelto trascendentales. El éxito construido de atrás hacia adelante. Y a eso vuelve a oler la última ocurrencia: un paso atrás que lo mismo le hace llegar más lejos arriba.