La juventud se siente identificada

Ya se está convirtiendo en norma habitual y en una de las atracciones turísticas que ofrece la capital de Madrid. Sexta visita colchonera a Neptuno desde 2010 y la realidad es que en cada una de ellas me emociono y lloro más que la anterior. Los del Atlético y los del fútbol son puros sentimientos y hay que vivirlos desde el corazón. El domingo fue especial. Desde primera hora de la mañana, Madrid seguía inundada de camisetas rojiblancas. Y al final, la gran fiesta, lo mismo que pasó en la noche del partido, lo más bonito, lo más trascendente, la mejor herencia de Simeone y sus jugadores es que cada día más la juventud y los niños se sienten identificados con este club. Como dijo el Cholo, con “trabajo y creyendo, podemos”. Y este mandamiento, que junto con los trofeos que van a provocar que el próximo museo del Atlético en La Peineta tenga que ser amplísimo, ha traído la consecuencia de que cada día, no sólo en Madrid, sino también en España, e incluso en el mundo, haya aumentado la afición colchonera.

El capitán Gabi lanzó el reto de que lo mejor está por llegar. No sé lo que pasará el próximo sábado, pero la mejor conquista sería seguir en este camino que se empezó en 2010 con seis títulos y sobre todo devolviendo al club al primer plano de la élite futbolística. La comunión entre la afición y los jugadores se hizo evidente y palpable cuando Gabi puso la bufanda a Neptuno. Madrid se vistió con los colores de moda, que son los rojiblancos. Ahora se acabaron las fiestas y, desde hoy, al tajo y a la próxima final. Nos espera la Champions.