Urgencia por demostrar
La tensión del favorito. Hoy será importante instalar en el disco duro de los jugadores del Real Madrid tensión y concentración desde la salida al calentamiento. Siendo mejores y sabiéndolo, se trata de que haya cierta urgencia por demostrarlo. El título es inaplazable, ha estado más tiempo el Madrid sin ganar una Copa de Europa del que había pasado el Atlético sin ganar una Liga de fútbol. Implorar aguas pasadas debe ser beneficioso para matar opciones de sorpresa. El repaso a la historia de la sección del club blanco junto a la espina, aún subepitelial, de la final del año pasado, deberían bastar para alejar los excesos de confianza y la especulación, los grandes peligros del favorito.
Respuestas instantáneas. El Real Madrid ya le ha ganado dos partidos esta temporada al Maccabi, aunque en ambos casos en partidos muy igualados. Con una decente prestación defensiva y un buen esfuerzo atrás en el último cuarto del partido disputado en Madrid, el equipo de Pablo Laso consiguió dejar en 72 puntos de promedio al cuadro israelí contando ambos duelos. Pero el Madrid no ha alcanzado 80 puntos en ninguno de los dos compromisos. Hoy no será suficiente saberse el camino habitual, tener la habilidad para encontrar a oscuras tu casa. Es de esperar un planteamiento de trampas y vicios nuevos por parte de David Blatt, trabas que exigirán la improvisación y la búsqueda de soluciones sobre el parquet tanto de jugadores como del cuerpo técnico del equipo blanco. Sergio Rodríguez y Rudy Fernández son dos jugadores ideales para afrontar sin temor un reto así.
Pasar de ochenta. Posiblemente Schortsanitis alcance los dobles dígitos de anotación y la brega de Tyus también produzca puntos y faltas rivales en la zona del Madrid. Será difícil rebajar los puntos lógicos de Hickman, con lo que provocar que gaste más tiros de los habituales para lograrlos será muy beneficioso. Blu es un jugador temible, eso sí, siempre mediante alguna ventaja previa ganada por un compañero, un recurso en teoría más evitable a priori. Por eso aún resulta inaudito que el CSKA le permitiera anotar su quinto triple de la semifinal, en un error coral de atención de Khryapa y Weems, y a falta de 13 segundos para el final. Visualizando los recursos ofensivos del Maccabi, resulta complicado imaginar que el Real Madrid, con sus habituales líneas de Miró y curvas de Renoir sobre la pizarra de Laso, pueda dejar escapar el título si sobrepasa los ochenta puntos de anotación.
Evitar un final apretado. Los dos triunfos más importantes de Maccabi en esta temporada han sido in extremis y en Milán. El primer partido del playoff contra el Armani, con prórroga, y el de la semifinal con la canasta de Rice a falta de cinco segundos. Un final apretado sería inquietante, no vaya a ser que la longitud, latitud y altitud de la ciudad Lombarda doten a las avispas israelís de una fuerza especial.