¡El Madrid nos ha puesto a cien!

El cielo existe y allí debe jugar un equipo de baloncesto llamado Real Madrid. Seguro que ídolos inolvidables como Fernando Martín o Drazen Petrovic habrán aplaudido lo que vieron anoche en el pabellón Mediolanum. Se puede ganar o perder. Se puede jugar mejor o peor. Pero lo que hizo el Madrid de Laso con el Barça de Pascual es otra cosa. Lo aplastó literalmente. El Barça demostró ser en el Palau un equipo suicida. Enfadó a la Bestia Blanca. Los insultos, la descalificación de Rudy y todo lo que tuvo que aguantar el Madrid en la cancha azulgrana se convirtió en la mejor táctica para que Laso y sus boinas blancas pusieran a los culés en su sitio. El MVP Sergio Rodríguez, ese prestidigitador nacido en Canarias, lideró un triunfo que será recordado durante varias generaciones.

El Barça aguantó diez minutos y tengo la sensación de que fue un gesto de cortesía de su rival. En la media hora restante fue como una exhibición de un All Star de la NBA contra un equipo de voluntarios que quieren empezar a aprender en este deporte. El Madrid convirtió al Barça en un escalope a la milanesa y lo devoró sin piedad. Como debe ser. Viví el partidazo con los peñistas de Albal (Valencia) y me decían que es una pena que el equipo de fútbol no juegue así de ambicioso contra el Barcelona. Al enemigo, ni agua. ¡A por la Novena!