La garantía de tener a Vicente del Bosque
Demora en Turín. A veces no viene tan mal un retraso en un aeropuerto. El pasado miércoles la huelga de controladores en Francia hizo posible compartir unos minutos de tertulia con el seleccionador en Turín. La conclusión de todo lo hablado allí es clara: él y todo su equipo tienen las ideas muy claras. La presión a menos de un mes del comienzo del Mundial la llevan bien, diría que muy bien. La primera lista de treinta jugadores convocados y las posteriores reacciones en los medios, era la prevista. La ventaja es que esa lista la han elaborado desde la sensatez.
No habrá quejas. Con dos equipos españoles en la final de la Champions que aportan ocho jugadores, lo fácil sería empezar a utilizar el discurso de que vamos a llegar fundidos a la cita en Brasil. No escucharán quejarse al seleccionador. Todo esto se sabe desde que se aprobó el calendario el pasado verano. Partimos en desventaja con respecto a otras selecciones que ya llevan días concentradas y trabajando. Pero se asume. Cuando eres campeón del mundo, las excusas no sirven.
Las novedades. El seleccionador confía de nuevo en una generación que le ha respondido, que ha ganado con él Mundial y Eurocopa. Esa base es intocable. La hora del cambio llegará tras Brasil, pase lo que pase. Y en cuanto a novedades, nadie puede discutir que los tres nombres que no eran habituales, Azpilicueta, Carvajal e Iturraspe, se lo han ganado sobradamente en el campo. Vienen bien para ayudar en el eterno problema que siempre hemos tenido con los laterales y, en el caso del jugador del Athletic, para tener el recambio necesario por si surgen problemas con Xabi Alonso o Busquets.
Arbeloa. Al final el único foco de discusión se ha centrado en Arbeloa. Cierto que pese a su lesión se le podía haber esperado hasta el final. Nadie le pidió cuentas a Del Bosque cuando le hizo jugar más de cincuenta partidos con La Roja y no sería justo pedírselas ahora porque ha perdido esa confianza en Álvaro. Meter al seleccionador en la guerra absurda de si es que Arbeloa se lleva mejor o peor con determinados internacionales, no conduce a nada. Arbeloa fue un jugador importante en anteriores citas y ahora ha dejado de serlo. Parafraseando a Mourinho, cuando se refirió a la suplencia de Pepe en el Madrid porque Varane era titular, diríamos que si existe alguna frustración será porque Carvajal y Azpilicueta han acabado atropellando a Arbeloa con su fútbol.