Una rotonda que no es para Willy y la pareja ideal de Vigo

Polémica. Mientras Willy Caballero paraba balones por tierra, mar y aire en el Calderón, el ayuntamiento de Málaga decidió en su último pleno darle el nombre del jeque, Abdullah Bin Nasser Al Thani, a una rotonda de la ciudad. El anuncio, sorprendente, ha causado polémica. Un grupo político incluso ha llegado a pedir la suspensión de la medida. Para el socio el detalle es lo de menos. Lo peor es que Caballero, increíblemente ignorado en la lista definitiva de 23 de Sabella, dejará el Málaga esta temporada. Su destino, tal vez, el City dirigido por Pellegrini. El ex entrenador blanquiazul ha sido bautizado con un apodo que homenajea una canción de los Smiths y su estilo: This Charming Man (“ese hombre encantador”).

Pareja. Había esperanzas en Vigo de que Nolito entrase en la prelista de 30 de Del Bosque. No le alcanzó. El Celta, sin embargo, agradece sus servicios y los de Charles. Entre los dos han sumado 26 goles, cifra que a una jornada del final sólo han superado por un gol en las últimas décadas las parejas Catanha-Mostovoi (2002) y Penev-Juan Sánchez (1999). El 70 por ciento de los derechos de Nolito costó 2,5 millones de euros. La totalidad de Charles, procedente del Almería, apenas un millón. La venta de Aspas al Liverpool generó nueve millones. Sin duda, el Celta ha hecho un buen negocio.

Movimientos. Arenas movedizas en el Betis. El club verdiblanco ha anunciado la contratación de Alexis Trujillo como director deportivo. El canario jugó siete años en el Betis y fue la extensión en el campo de Lorenzo Serra Ferrer. Su incorporación, ya oficial, ha devuelto a la calle un rumor extendido en la ciudad desde 2010: el regreso del de Sa Pobla a Heliópolis como director general. Serra, como Pepe Mel, es religión en el Betis.

Pío pío. Y un guiño a Las Palmas, vencedor del derbi canario y a tres puntos del ascenso directo. Honores pues a Sergio Lobera, entrenador discutido al principio por su estilo atrevido pero con adeptos. Tantos como para crear una corriente, el loberismo. Las Palmas, que no ve a su equipo en Primera desde el año 2002, le tiene fe para volver a la élite.