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Imposible sufrir más

Maldición. El Calderón se llenó hasta la bandera y la gente acudió al estadio deseosa de ver a su equipo cantar el alirón. Pocas veces he visto en el Manzanares tanta gente con camisetas del Atlético: niños, mayores, mujeres, familias enteras... Camisetas con los nombres de Diego Costa, de David Villa, de Arda.. Y en los aledaños del estadio había aparcados autobuses de muchos lugares de España: Badajoz, Cáceres, Toledo, Segovia, Soria, Salamanca... Había más colapso que nunca en los alrededores del estadio y ambiente de fiesta. Cuando el equipo saltó al terreno de juego la afición ondeó las banderas rojas y blancas que el club repartió en el estadio. Pase lo que pase en esta Liga, en el Calderón se han vivido partidos históricos, momentos únicos en el que la hinchada y el equipo fueron uno: Milán, Barça y Chelsea, en Champions, o Real Madrid, en Liga. Sucede que el fútbol es tan caprichoso que no permitió que tanta gente con ese sentimiento rojiblanco pudiera disfrutar y festejar el título. A fin de cuentas, el sufrimiento va en el ADN de esta afición, de esta hinchada que tan triste se marchó a casa.

Sin rendirse. “El sufrimiento es parte del éxito”, dijo hace poco el torero Juan José Padilla. Me quedé con esa reflexión y nos viene al pelo para lo que es y lo que significa el Atlético. El equipo rojiblanco lo tuvo todo a su favor para cantar el alirón delante de su gente y lo tendrá que hacer a lo grande, en el Camp Nou, en el último partido, ante un enemigo en horas bajas, pero con jugadores de primer nivel, futbolistas temibles. Pero en el gen del Atlético el pensar es éste: “Si hay que ganar, ganemos a lo grande”. Cuando ayer la gente abandonaba el estadio cabizbaja, un hincha alzó la voz entre todos y señaló: “Somos el Atleti, el primer equipo de Madrid, los líderes. ¿Nos vamos a venir abajo ahora? Eso nunca. Aúpa Atleti”. Y los otros seguidores aplaudieron a rabiar. Tras el partido a la afición no le quedaban fuerzas para venirse arriba. Hoy será diferente, hoy la gente pensará que este equipo tiene mimbres para ganar y que ha hecho merecimientos para llevarse el título. Por mucho Barça que haya enfrente. Esa afición que ayer se acostó triste hoy pensará que el conjunto azulgrana no ha sido capaz de derrotar este año al conjunto del Cholo.

En Cataluña. En Cataluña el Atlético ya ganó dos Ligas. En la temporada 1965-66 el conjunto entrenado por Balmanya ganó en Sarriá con los goles de Ufarte y Griffa. Y en la 1969-70, con Marcel Domingo en el banquillo, los rojiblancos se llevaron el campeonato en la Cruz Alta de Sabadell. Ufarte, como cuatro años antes, y Calleja marcaron los goles del triunfo del Atlético. Y ya se sabe el refrán de no hay dos sin tres. Además, el sábado será 17 de mayo. Y se cumplirá un año de un gran triunfo rojiblanco.

Grandeza. Volvemos a este deporte y sus caprichos. El Atlético se jugará la temporada antes los dos grandes de nuestro país, ante los dos todopoderosos del fútbol español y europeo. La Liga, en el Camp Nou, ante los Messi, Xavi, Iniesta... Y el día 24, en Lisboa, ante el gran Real Madrid de la BBC, con la mejor plantilla de su historia, a decir de todo el mundo en el inicio de campaña. El Atleti, ese equipo que iba a caerse en la jornada diez, en la veinte, en la treinta... Ese equipo que se atrevió desde el inicio a discutirle a los millonarios su primacía, luchará hasta el final por llevarse algún título. Y si hay que sufrir, sufriremos más que nadie. Porque es parte del éxito.