Montezemolo no convence a casi nadie
No esperaba gran cosa de la comparecencia de Montezemolo en Montmeló, pero incluso partiendo de unas expectativas tan bajas mi decepción ha sido enorme. Un discurso vacío, manido, obvio y previsible que nos lleva a la conclusión de que todo sigue igual en Maranello: muchas promesas, muy buenas intenciones pero pocos cambios efectivos. Decía yo hace unas semanas, antes de su salida de Ferrari, que quizá la responsabilidad de su fracaso no fuera exclusiva de Domenicali y ahora tengo la impresión de que no me equivocaba... Mattiacci, el sustituto de Stefano, sentado junto al presidente como un convidado de piedra, con una aportación insignificante que viene a confirmar lo que nos temíamos: que le ha caído encima un buen marrón.
Lo tremendo del caso, más allá de lo inútil de esa rueda de prensa, es que el gran jefe de Ferrari vuelve a escudarse en la dilación permanente del problema. Ahora dice que en Canadá podrían empezar a verse las auténticas mejoras en el F14 T, aunque después dejó entrever que en realidad el coche bueno para Alonso y Raikkonen llegará... ¡en 2015! Vamos, que podemos ir digiriendo otro año en blanco para el asturiano porque tampoco esta vez parecen haber acertado. Que si la aerodinámica, que si el túnel del viento, que si los neumáticos, que si los motores pequeños, que si llueve, que si hace frío, que si hace calor, que si el circuito es lento... Siempre hay una excusa, una explicación peregrina para intentar disfrazar un fracaso clamoroso. Una vez más...