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Más glorioso que nunca

Historia. Este 30 de abril, cumpleaños de mi hijo Adrián, está ya en la historia de nuestro club. El Atlético dio una lección de fútbol en Stamford Bridge, que acabó aplaudiendo al equipo rojiblanco. La afición del Chelsea despidió al conjunto madrileño entre aplausos reconociendo así la superioridad del equipo español. 40 años después, el Atlético volverá a jugar una final de la primera competición continental de clubes. No será ante el Bayern, como parecía predestinado, y será ante el todopoderoso rival capitalino. Ese será el 24 de mayo. De momento, disfrutemos de lo vivido, de los goles de Adrián, Diego Costa y Arda, esos que ya estarán siempre grabados en nuestra memoria. Los 2.500 que lo vivieron en directo lo contarán siempre, a sus amigos, a sus familiares, a sus hijos, a sus nietos... Cuando el Atlético marcó el 1-1 un escalofrío nos recorrió todo el cuerpo. Ese gol era el preludio de la final. Y nos hubiera dado igual que se hubiera parado el mundo tras ese tanto. Los 2.500, Simeone, sus jugadores, la Prensa... todos, lo celebramos como si no hubiera mañana. Gracias Atleti. Mil gracias por estos momentos, por hacernos sentir cosas que sólo nosotros sabemos. Nos vamos a Lisboa. Sí, señor. Yo se lo prometí a los míos y ese sueño se cumplirá.

Imperial. Escribo esto en Stamford Bridge cuando la afición rojiblanca, esa que tomó las calles de Londres, no para de cantar, de corear el nombre del Cholo, de Luis Aragonés, de Courtois, de Arda, de Costa. Ese fondo es una fiesta y el resto del estadio le mira con envidia. ¡Te quiero Atleti!, Se oye y no se para de escuchar desde el fondo de la hinchada rojiblanca. Suenan los olés, suena que bote el Calderón e incluso que bote Mourinho. El técnico luso se llevó una lección de fútbol, de cómo se juega una semifinales de Champions. A la postre, el fútbol fue justo con el Atleti y ganó el que más lo mereció y el que ofreció más en los dos partidos.

Sin perder. El Atlético estará en la final de Lisboa sin haber perdido un partido en esta Champions. Y su periplo no ha sido fácil, pues dejó en la cuneta a Milán, Barcelona y Chelsea. Ahora mismo acaba de pitar el colegiado Rizzoli el final del encuentro. Los rojiblancos se van al fondo de los colchoneros. Allí es donde van todos los jugadores abrazados. ¡Dios mío, qué emoción! No hay ni un mal gesto ni una desconsideración hacia el contrario. También hay que saber ganar y este equipo sabe hacerlo. “Atleeeeeeeeeeeeeeti, Atleeeeeeeeeti, derrochando coraje y corazón.....”. La gente del Chelsea aplaude a la hinchada rival. El fútbol se vive de una manera diferente aquí. En Inglaterra dan lo máximo y también aprietan a tope, pero saben reconocer los méritos del contrario.

El futuro. Sí, amigos, el Atlético sacó un 1-3 en Stamford Bridge, ante un equipo fuerte y acostumbrado a ganar como son los blues. Y lo mejor está todavía por llegar. Esta temporada mágica no nos da respiro y el próximo domingo, en el Ciutat de Valencia, el equipo puede dejar la Liga casi sentenciada. Miro el fondo del estadio londinense y nadie quiere irse. Nadie. Nadie quiere que se acabe este día, esta noche. Costará dormir y asimilarlo. Costará porque estamos en Lisboa. Porque este equipo no tiene techo. Este equipo fue más glorioso que nunca en un escenario único. Gracias Atleti por brindarnos el día más bonito de los últimos años de nuestras vidas.