Márquez está en otra dimensión
Para entender la magnitud del arranque de temporada de Marc Márquez, basta con repasar la historia del Mundial y descubrir que sólo pilotos como John Surtees, Mike Hailwood, Giacomo Agostini, Barry Sheene, Kenny Roberts, Freddie Spencer, Mick Doohan o Valentino Rossi han conseguido ganar las tres primeras carreras del campeonato en la máxima categoría. No es tan fácil como podría parecer observando a Marc. El récord está en diez primeros seguidos (Ago lo hizo en tres ocasiones). El italiano ganó ocho en 1971, uno más que Surtees en 1959 y Hailwood en 1965. En los últimos treinta años, sólo lo han conseguido Doohan en 1992 (cuatro) y Rossi (tres) en 2001. Son resultados estratosféricos que hoy parecen imposibles de repetir. O parecían imposibles.
El piloto de Repsol Honda campa a sus anchas por MotoGP como lo hacía Ángel Nieto en 125cc. Arrasa en los entrenamientos (muy pocos de los grandes han sido tan combativos todo el fin de semana) y remata la faena en la carrera. Y también la controla. En las tres primeras vueltas se ha mantenido al margen del lío que han montado Lorenzo, Rossi, Iannone, Dovizioso y Bradl (ha sido lo mejor del gran premio). Se han zurrado de lo lindo entre ellos y cuando lo ha visto claro, los ha fulminado. A Lorenzo no, a éste le ha hecho sufrir. Hasta la vuelta dieciséis no le ha dado el zarpazo. Y se acabó hasta Jerez. Y quién sabe si hasta el 9 de noviembre en Valencia. Sólo Lorenzo, si Yamaha espabila, quizá Pedrosa (si despierta) o la mala suerte lo podrán evitar.