Carlos Sainz va tejiendo los mimbres del éxito en el Dakar
Carlos Sainz tiene muchas ganas de volver a luchar por el triunfo en el Dakar. Sus dos últimas experiencias no han satisfecho su ambición de victoria, no tanto porque no lo haya conseguido sino porque en realidad no ha tenido opciones reales de ni siquiera intentarlo. Ahora todo ha cambiado para él. Su fichaje por Peugeot es justo lo que necesitaba, se incorpora a una estructura poderosa, que comparte su mismo objetivo y que pondrá a su disposición cuanto exige un planteamiento tan perfeccionista como el del madrileño. No habrá lugar para las improvisaciones, los errores o las chapuzas, en la marca del león saben hacer bien su trabajo y el ambiente que encontrará su piloto español es comparable al que le llevó a ganar la gran carrera desértica con Volkswagen.
Lo que también echaba de menos Sainz era al copiloto con el que mejor se ha entendido desde que aterrizó en esta disciplina. Pues bien, otro tema resuelto. Lucas Cruz se incorpora a este apasionante proyecto y le dará a su piloto la confianza que quizá le ha faltado con otros, además de una experiencia incontestable como navegante y gestor de todo lo que exige llevar a buen puerto un coche en cada una de las etapas del Dakar. Son un binomio ideal, una pareja sincronizada que sólo se separó por las circunstancias pero cuyo destino natural era reencontrarse. Y lo hacen en el mejor de los momentos, cuando todo pinta de cara para que Sainz vuelva a demostrar que aquel triunfo de 2010 no fue fruto de la casualidad. Otro motivo más para el optimismo…