Un proceso de venta en entredicho
Se retiró una de las siete ofertas que optaban por el Valencia, en concreto la de capital árabe. Pierde con ello Bankia, a la que además parece que le gustaba ésta, y también el club. A fin de cuentas cuanta más azúcar más dulce. Que se retire una de las ofertas solo una semana después de que se inicie el estudio de ellas por parte de una Comisión Gestora (en la que parece que hay más goteras de las que había en el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias) y lo haga además sin dar más explicación pública que un comunicado deseando lo mejor para el Valencia, da sensación de que en el proceso hay cuanto menos poca seriedad. Y la mujer de César además de serlo tiene que parecerlo. En verdad da igual la razón que sea por la que se ha retirado el fondo árabe. Si lo hiciera porque cree ver ‘manos negras’ en Amadeo Salvo o Alfonso Rus, malo; si lo hiciese porque no era oro todo lo que relucía, ¿quién y por qué le dejó entrar y, sobre todo, quedarse?
Hasta el 21 de abril queda mucha tela que cortar y veremos si ese día el proceso entra en su fase final o ha ido antes por el aire, como aquel concurso de maquetas que anunció a bombo y platillo Juan Soler y que después se cargó para elegir a dedo un estadio que sigue sin construirse.