Cuando más se le necesitaba, apareció Diego
Sin su gran estrella, en el Camp Nou en Champions, el Atleti necesitaba un héroe y aparecieron dos. Uno perpetuo, Courtois, y otro al que se llevaba esperando semanas, Diego. Su golazo, una obra de arte que permite a los rojiblancos seguir de fiesta unos días más en este carpe diem permanente que es el ‘partido a partido’, fue una bestial reivindicación del talento. Un mensaje a quienes tanto han criticado su fichaje: “No encaja, vaya decepción, ¿para qué vino?”. Para esto, vino justo para esto.
Porque tener un jugador número 12 de este nivel, un recurso de ese calibre, una estrella que acepta un rol secundario, es seña de equipo grande. Un suplente así te gana partidos y te acerca a los títulos. Imaginen que Simeone hubiera tenido que solventar el problemón de Diego Costa con Sosa o Cebolla... Terror. Ahora, al Atleti le toca cruzar los dedos para que la lesión de su estrella sea leve, pero pase lo que pase no le den por muerto. Tiene al mejor portero del mundo, una gran defensa, talento en Arda y Koke, orgullo, carácter e inteligencia. Y ahora también tiene a Diego. Un futbolista grande en un equipo enorme.