Neymar tiene ventaja cuando salta

Los números de Pedro y Alexis son para ser titulares en cualquier equipo del mundo. Además de su intensidad defensiva y el desequilibrio en ataque (el del chileno algo más barroco), a los dos atacantes se les dio bien la temporada en materia de goles. El tocopillano acumula 19 en la temporada (17 en Liga más dos en Copa del Rey), mientras que el canterano registra uno menos (14 en Liga, tres en Copa y uno en Champions). Ese cocktail de estadísticas deberían llevarles de manera directa a la formación inicial, aunque no será esta noche. Martino lo tiene claro. En el Bernabéu acertó y repetirá con la formación que golpeó la casa del acérrimo rival. La ecuación de los tres tocadores (Xavi, Iniesta y Fàbregas), sumada a la escoba de Busquets y a la solvencia de Messi, acaba para ser perfecta en la figura de Neymar, igual de fallón ante la meta rival que cuando comenzó la campaña, pero comprometido en sumar éxitos. Faltaría más.

Neymar era magia en Brasil, pero aquí, esa habilidad, la está convirtiendo en genio y carácter. Acostumbrado a ser golpeado con violencia por los rivales y a rebozarse por el césped, el que dicen que será el fichaje más caro de la historia no anda con tonterías. Aseguraba que quería aprender todo lo posible de Messi y lo está haciendo. No se esconde, aunque los regates ya no sean tan limpios como antes y las bicicletas tengan, a veces, las ruedas desinfladas. No hay margen de error, aunque su salto tiene red: por detrás siempre está Messi y eso es una ventaja. ¿O no?