Poco Ferrari para tanto Mercedes
Malaisia 2014 no va a pasar a la historia. Ha sido una carrera intrascendente. Espero que las críticas del mismísimo Ecclestone renegando del reglamento de este año no se confirmen (“Estos ingenieros deberían reservar su energía para carreras de PlayStation”). Ni las de Briatore (“Obligar a los pilotos a ir más lento es una contradicción”). Yo pensaba que el factor incertidumbre mecánica iba a ser determinante, pero al final ha quedado en casi nada. El fantasma de que a lo mejor en alguna carrera podrían finalizar dos o tres monoplazas, ha resultado ser una fantasmada. Pura angustia de los ingenieros. Tenía su encanto, y no por lo caótico del tema, sino porque podría igualar la competición, pero todo ha quedado en el 13 y 14 de los Caterham. Humo.
Al final la vida sigue igual y las carreras se la juegan los de siempre. Los pequeños, lo seguirán siendo, y los grandes serán más grandes, menos Ferrari, que seguirá como siempre, viviendo del pasado y prometiendo magia para la próxima carrera. Reconozco que son los tíos más optimistas del paddock, y también que Alonso va tercero en el Mundial a un punto de Hamilton. Pero poquito más. No está mal, dirán muchos, pero Ferrari debe aspirar a algo más que a quedar cuarto y pegarse con un Force India (maravilloso Hulkenberg). Los Mercedes son un cañón (magnífico motor) y los Red Bull ya están ahí. Newey no es Domenicali, me remito a los hechos. Ferrari debe rescatar el verbo ganar del baúl de los recuerdos y dejarse de vivir de promesas.