Gente feliz con la NBA y AS

Ayer fue un día feliz. La preciosa Copa que se entrega al campeón de la NBA estuvo en el AS. Y estuvo para que ustedes la vieran y se fotografiaran con ella. Al menos disfrutaron de esa oportunidad quienes estaban en Madrid. La respuesta a la convocatoria fue tremenda. El desfile no cesó durante las seis horas largas que permaneció expuesta, pues hubo que ampliar el horario para nadie que permaneciera en la cola se quedara sin admirarla. Creo que jamás trofeo alguno despertó tal expectación. Se la merece. Al margen de su valor, es lo que simboliza: la mejor Liga de baloncesto del mundo. Una Copa que sólo está, o ha estado, al alcance de Michael Jordan, de Magic Johnson, de Larry Bird, de LeBron James, de Kobe Bryant, de Pau Gasol...

Me sorprendió el respeto que la Copa provocaba entre los visitantes. Jóvenes y no tan jóvenes. Daba la impresión de que acudían a rendirla culto. En la sala hablaban en voz baja a la espera de que les llegara el turno de fotografiarse junto a ella. Llegado ese momento, a más de uno le temblaron las piernas. No era para menos. Le esperaban unos segundos de gloria a solas con la Copa. Se acercaba, la rodeaba, la adoraba, la cortejaba... al final levantaba la mirada para que el amigo fotografiara ese instante que jamás soñó. Click. Enseguida, a mirar cómo había salido. Inmediatamente, a enviarla una y mil veces. El sueño se había cumplido. Por eso ayer fue un día feliz para el AS. Porque hicimos felices a un montón de gente. Intentaremos repetir.