Carlo Ancelotti y su política de agradar a todos

Fuego bajo palos. Mucho ha tardado en quemarse el técnico con una decisión tan absurda. No hay precedente de club grande que haya dejado en el banquillo semana tras semana en su Liga al que luego es portero titular en la Champions. Mucho menos si ese portero está en todas las listas de los mejores del mundo. ¿Es más listo Ancelotti que el resto? Ayer en la sala de prensa dijo que el debate sobre si Casillas debía recuperar la titularidad en Liga era cosa de los medios, que internamente no se había tratado. Falso. Se ha tratado y mucho. Al punto de que muchos estaban convencidos de que Carlo acabaría con la historia antes del partido del Barça. Finalmente no lo hizo por una cuestión de empecinamiento. Y eso es lo grave. Él sabe que en este tramo decisivo debe tener a los mejores en cada puesto. El no cumplir esa premisa con la portería es simplemente por no quedar mal con el vestuario.

Diego López y Casillas, víctimas. Con su decisión ha logrado lo que parecía imposible a comienzo de temporada: tener cabreados a Iker y a Diego López. El primero no entiende que el trabajo diario y sus actuaciones en Champions y Copa no cuenten a la hora de recuperar la titularidad en la Liga. El segundo cree que es imposible rendir al máximo nivel con el debate abierto cada semana. Ambos tienen razón. La infinita torpeza de su entrenador les está perjudicando profesionalmente.

Retratado. En el vestuario ya saben que el italiano quiere agradar a todos. Lo comprobaron cuando Di María subió su tono de protesta y, de inmediato, se convirtió en indiscutible. Supieron con la renovación de Xabi Alonso que se apuntaba sin dudarlo a lo que pidiera la grada. Lo mismo pasó cuando se había olvidado de los canteranos y los medios se lo recordaron. Fue entonces cuando irrumpió con fuerza Jesé. Todo eso, y cierta sensación de estar bloqueado en los partidos claves de la temporada, han hecho que pierda fiabilidad en la caseta.

Arbeloa y las redes. Para compensar lo poco que se moja Ancelotti, ahí está Arbeloa. Ayer publicó en twitter: “No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría.” ;) ¡Siempre contigo, hermano!”, acompañándolo con una foto en la que aparece junto a Diego López. No ha gustado en las oficinas y tampoco a muchos de sus compañeros, con los que no hizo lo mismo cuando pasaron el mal trago de las críticas. Le quedan dos meses para seguir pasándoselo bien con el juguetito de los mensajes.