El CSD se moja en el caso Marta

El Consejo Superior de Deportes (CSD) ha dejado inequívocamente claro, y con una contundencia sin precedentes, de qué lado está en la lucha antidopaje. Es la primera vez que lo hace al hilo del caso de Marta Domínguez. Hábilmente, no entra a enjuiciar una decisión sobre la que no tiene competencias, pero tiene la libertad, y ése es el gran valor del comunicado, de dejar clarísimo su desacuerdo con la conducta que sigue la Federación Española de Atletismo. Si la decisión de su comité de disciplina supone un gol por la escuadra a la tolerancia cero, la inmediata y firme respuesta del CSD deja en evidencia a la Federación, a su comité e incluso al presidente del COE, quien puso en duda la fiabilidad del pasaporte biológico para defender a Marta.

Decía que es la primera vez que veo al CSD pronunciarse con toda severidad sobre un asunto que afecta a la exatleta. Espero que esta vez no traiga consecuencias, como las que sufrió Guillermo Jiménez en el caso Manzano. Jiménez, entonces director del CSD, como lo es ahora Ana Muñoz, creyó al ciclista, y cuando abrió un expediente para llegar hasta el final fue cesado fulminantemente. Detrás había un interés político en tapar el asunto, porque la Comunitat Valenciana iba a quedar en entredicho. Ahora Miguel Cardenal y Ana Muñoz han tenido la valentía de cuestionar a una Federación que protege a una senadora con la que nadie se atreve, “no sea que se enfade Rajoy”, he escuchado repetidas veces. Pues ya se han atrevido y eso es la tolerancia cero.