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Justo homenaje a Navarro

Juan Carlos Navarro comienza a recibir en plenitud de su carrera deportiva los homenajes que le acreditan como un jugador fuera de lo común. Recibirlos así, aún en activo y con un recorrido por delante sin fecha de caducidad —estará en el Barcelona hasta que él quiera—, le garantiza extender los récords que posee a límites quizá inalcanzables. Ayer se convirtió en el jugador con más partidos en la historia de la Euroliga. Y eso que faltó una temporada, la 2007-08, cuando se fue a la NBA, por lo que podría haber sumado 23 partidos más a su actual récord, que fueron los que disputó el Barcelona esa temporada en Europa. Suyos son también el récord de puntos, de triples, de tiros de campo, de faltas recibidas y de valoración en la Euroliga.

Todo ello es consecuencia, por supuesto, de haber jugado más que nadie, pero no le tenemos en nuestra retina por lo mucho que ha jugado, sino por lo bien que lo ha hecho. La Bomba ha sido y es un auténtico bombardero. En el Barcelona y en la Selección. Sólo hay que acordarse de ese memorable Eurobasket 2011, en el que reconoció que cada vez que tiraba a canasta le parecía que lanzaba a una piscina. Fueron 26 puntos a Eslovenia, 35 a Macedonia y 27 a Francia en los tres últimos y decisivos partidos del campeonato. Navarro, por cierto, es el jugador de aquella generación de oro que ganó el Mundial júnior a Estados Unidos que menos ha faltado a la Selección. Sólo una ausencia, la del pasado verano, y por lesión. Por algo no ganamos ese Eurobasket.