Nadie que no haya visto y digerido (?)el reality show televisivo de gran éxito en EE UU llamado Keeping Up with the Kardashians podrá calibrar en toda su crudeza esta aventura. La aventura o la dimensión del riesgo que han adquirido los que trajeron al actual Lamar Odom, el Real Lamar Odom, como él mismo se presenta en Twitter, a una Liga europea y a una ciudad como Vitoria: planeta y galaxia tan lejanos a las y los Kardashian... y a Los Ángeles, California. Ante el imprevisible Querejeta, a Lamar sólo le queda despedirse como el replicante Roy Batty en Blade Runner: “Es tiempo para morir”.

Batty soltó eso a un fascinado policía blade runner Rick Deckard (Harrison Ford) tras recrearle una serie extraordinaria de sucesos interestelares. “Toda una experiencia vivir con miedo, ¿no es así?”, espeta Batty a un Deckard al borde del abismo: en Los Ángeles, California... donde Odom, de la mano de su exseñora, Khloe Kardashian, logró introducir cámaras en el vestuario de los Lakers para rodar el reality show: bajo la ira zen de Phil Jackson. “Viendo serpientes”, tuiteó Lamar, ido, en su cuenta de Twitter: inactiva desde el pasado 25 de septiembre. Esta es la retirada rutinaria de un replicante.