No es cuestión de cuotas, es talento

Amaya Valdemoro quería jugar al baloncesto y ha conseguido ser la mejor jugadora española de la historia. Amanda Sampedro empezó a jugar al fútbol con seis años, era la única niña en un equipo de chicos, pero eso no le impidió hacerse profesional y llegar a la Selección Absoluta. Ana Muñoz daba clases de derecho en la facultad y consiguió que su aburrida clase de impuestos a las 8 de la mañana se convirtiera en una de las más atractivas gracias a su habilidad de explicar la teoría poniendo como ejemplos los fichajes de los futbolistas. Y María Fanjul ha tenido el honor de ser la única representante de las empresas españolas en el Foro de Davos donde se dan cita los 3.000 directivos más importantes del mundo de las nuevas tecnologías.

Y si ayer nos dejaron con la boca abierta al escuchar sus historias, no fue por su condición de mujeres, sino por su capacidad y su talento. Amaya dijo claro que ella no era de celebrar ‘Días de las mujeres’, Ana reconoció que no es partidaria de las cuotas, María apuesta por el trabajo y el esfuerzo no por el género y hasta Amanda, inmersa en un mundo como el fútbol dominado por los hombres, no quiere equipararse a los chicos. Sólo quieren oportunidades, que ellas sabrán cómo aprovecharlas.