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No se puede esperar más a Odom

El Baskonia organizó la Supercopa, y no consiguió jugar la final. Entró de milagro en la Copa, y cayó a la primera. En la Euroliga es colista de su grupo con una victoria y siete derrotas. En la Liga, con diez victorias y diez derrotas, anda en la frontera de los playoff. Esta tarde juega en Valencia, segundo clasificado tras el Madrid, y si pierde comenzará a asomarse al abismo. Quedan catorce jornadas, pero como el equipo no acaba de levantar cabeza... Por eso fichó a Odom, para que en los dos meses que ha firmado enderece el rumbo del Baskonia. Mas llegó hace once días y, de momento, mejor que no se le hubiera visto. Salió el jueves ante el Unicaja, en la Euroliga, cuando su equipo perdía 19-35. Seis minutos después perdía 24-47. No volvió a salir.

No vamos a discutir ahora a Odom, un campeón de la NBA con los Lakers y con unas condiciones admirables. Pero lleva un año sin jugar, y se le nota. El primer partido, de Euroliga contra el Barcelona, no lo jugó porque acababa de llegar; el segundo, de Liga contra el Valladolid, tampoco porque se estaba adaptando; salió un poquito en el tercero, con el desgraciado balance señalado, porque aún no estaba en forma y acusaba las agujetas de los entrenamientos. Pues comienza a acabarse el tiempo para subirse a algún tren. El partido de hoy tiene su importancia, y el peso de Odom ha de empezar a verse. De lo contrario, el Baskonia le estaría pagando los entrenamientos para ponerse en forma y poder regresar a la NBA dentro de mes y medio.