La FIA ha cumplido su cometido con seriedad y rigor

Suelo ser bastante crítico con algunas decisiones de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que considero arbitrarias y carente de fundamento. En algunas ocasiones he tenido claro que el criterio de sus sesudos especialistas ha alterado el resultado de competiciones o el devenir de acontecimientos, pero debo decir que en esta ocasión su firmeza me parece plausible. Me refiero a no atender la petición de una prórroga en la homologación de motores que parece habían solicitado algunos suministradores de la Fórmula 1. Y digo parece porque ahora, que no hay extensión en el plazo, nadie asume esa reivindicación, todos aseguran que sus unidades de potencia están listas para el inminente inicio de un Mundial que será muy complicado en lo técnico.

No habría tenido sentido dar ese margen de mejora a los proveedores de motores, básicamente porque unos lo necesitan más que otros y hubiera resultado injusto para los más aplicados… Seguro que a todos les habría venido bien tener algo más de tiempo para afianzar sus propulsores, pero la fecha del examen llegó y no era de recibo que hubiera una segunda convocatoria para quienes han aprovechado menos el tiempo de estudio. Seguro que nadie sacará un diez, pero los que apuntan al notable se dan por satisfechos y argumentan que los suspensos son problema de quienes los sufren. Precisamente por eso me ha gustado esta decisión de la FIA, porque se aleja de esa arbitrariedad que tanto daño hace al deporte. Ahora ha llegado la hora de la verdad y será la pista la que dicte sentencia, no unos señores sentados en un despacho…