Un sueño por cumplir de Bernie Ecclestone
Siempre me he imaginado a Bernie Ecclestone con esa especie de máquina tragaperras que repite el símbolo del dólar en los ojos, de las que salen en los dibujos animados cuando se trata de expresar gráficamente la codicia de uno de los personajes. Para el magnate de la Fórmula 1 las carreras son sinónimo de negocio y tiene un olfato más desarrollado que nadie para detectar nuevas oportunidades de explotarlo. Por ese motivo, en una de sus geniales y a menudo controvertidas declaraciones, dijo hace ya tiempo que soñaba con tener una mujer negra y judía en los grandes premios. Es decir, de una tacada conseguiría un personaje ideal para captar el interés de tres nuevos grupos de la población mundial.
Su ambición de contar con un piloto de color ya la cumplió con Lewis Hamilton, todo un campeón del mundo y con tanto talento como agresividad en la pista, un filón para el espectáculo. Así que ahora su próximo objetivo (lo del judío parece más complicado) es sentar a una mujer en un monoplaza y estoy convencido de que lo conseguirá tarde o temprano (siempre que la edad y sus procesos judiciales se lo permitan, claro). Nuestra recordada María de Villota estaba en ese camino y ahora el relevo lo han tomado Susie Wolff, probadora de Williams, y Simona de Silvestro, incorporada a la estructura de Sauber como piloto en formación. Dos chicas jóvenes pero con experiencia, buena formación deportiva y apoyos importantes, es decir, lo necesario para que al menos el intento de verlas en la salida de un gran premio sea planteable. Y si el jefe lo quiere…