Gabi: coraje, corazón y calidad
El Calderón es un estadio complicado. Si no le entras por el ojo, hay un sector de aficionados muy exigente que no te pasa una. Ese grupo (hablamos de varios miles, diseminados por todo el estadio), recibe a los canteranos bien, pero luego es implacable con ellos. Eso le pasó a Gabi en su primera etapa en la que jugó 65 partidos. Se marchó a hacerse en el Getafe, acabó su formación en el Zaragoza para regresar al Atlético con mando en plaza. Nada más volver, le recibió algún silbido, pocos, y algo de run run de ese sector heterogéneo exigente. Pero en pocos meses se ganó el respeto y la admiración de los 50 mil. Fue de los pocos que rindió algo en el semestre de Manzano y cuando llegó Simeone se convirtió en su extensión en el campo. El Cholo ha conseguido que Gabi y casi toda la plantilla rinda por encima de sus teóricas posibilidades, que en el caso del capitán siempre fueron muchas.
Gabi es el referente táctico. Es el pulmón y la brújula. Derrocha en cada partido coraje y corazón. Y calidad. Es el sentimiento atlético incrustado en la caseta. Es el que contagia y el que explica a los que vienen lo que significa ser del Atleti. Gabi es el capitán del mejor Atlético de la historia en Liga (nunca tuvo tantos puntos a estas alturas de campeonato). Gabi es honesto y honrado. Gabi rasca y mete. Gabi presiona. Ordena y dirige y desarrolla lo que quiere el Cholo sobre el césped. Gabi lidera la catapulta, la ballesta, el fútbol martillo de este Atleti que disputa la Liga a Madrid y Barça. Y que aspira, partido a partido, a ganar la Champions.