Un logro más allá de lo numérico
No hay debate. Plantearlo es una absurda pérdida de tiempo. El Madrid tiene un lujo asiático en su portería. Por un lado, el mejor portero que hayan visto los amantes de fútbol en España. Ni Zamora, ni Ramallets, ni Iribar, ni Arconada... Todos buenísimos, pero Iker es otra cosa que va más allá de lo razonable. Casillas está en la Acrópolis de las porterías. Es un sitio en el que sólo entran los guardametas capaces de hacer cosas que no les exige el guión. Sus paradas milagrosas de Glasgow, los penaltis detenidos a Irlanda en 2002, a Italia en 2008, a Paraguay en 2010, el Pie de Dios a Robben en la final de Johannesburgo, la mano imposible sacada a Rakitic en la Eurocopa de 2012, aquella parada mítica a Perotti en el Pizjuán... Si sigo necesitaré una página más.
Algunos me dirán que eso es pasado. Vale. Recojo el guante. Hablemos del presente. Pese a jugar cada dos semanas, ha batido el récord histórico de imbatibilidad de un portero del Madrid (va camino de los 900 minutos), ha superado el récord que tenía el Barça en la Copa que databa de 1989, es el primer portero desde 1916 que logra que haya un finalista de Copa que llega a la cita sin encajar un solo gol, lleva 26 derbis sin que el Atleti la huela cuando está él delante... Menos mal que no ha tenido continuidad la criatura. Dicho esto, añadiré que Diego López es un espléndido arquero y un perfecto relevo para Iker cuando éste no está bajo palos. En la Liga ha estado notable. Pero discutir quién es mejor me desgasta. Iker es Jordan. A los hechos me remito...