La Liga. El Atlético cayó en Copa y ya hay que olvidarse de esta eliminatoria. Hay que hacerlo porque el sábado espera el Valladolid en el Calderón, en un partido que sí hay que ganar. La situación del equipo es la siguiente: eliminado en semifinales de Copa, empatado en lo alto de la tabla con Barcelona y Real Madrid y con una emocionante eliminatoria de Champions frente al Milán. Los más pesimistas lo verán todo negro y pensarán que el equipo se viene abajo. Los optimistas, que hay que mirar hacia adelante y luchar por todo. La realidad dicta que quedan quince jornadas ligueras, quince finales y todo está aún por conseguirse. Y en Europa el Atleti no es menos equipo que el Milán. Eso es lo cierto. Muchos, yo diría que todos, habrían firmado estar a estas alturas de temporada tal y como se encuentra el equipo. No hay que bajar los brazos ahora, justo cuando llega lo mejor.
Recuperar gente. Lo fundamental ahora es recuperar lesionados. El conjunto del Cholo está teniendo mala suerte en este sentido pues sale a lesionado por partido. Ayer le tocó el turno a Manquillo, el canterano que nos dio el susto del encuentro. Ojalá que el chaval se recupere y pueda jugar lo más pronto posible. El sábado el Cholo podrá tener a Costa, y quizá a Villa y Courtois. Filipe y Tiago tienen para más tiempo, pero llegarán para jugar la parte final del ejercicio. La plantilla no es tan larga como para perder efectivos.
El debate. Lo que algunos se preguntan es si ha merecido la pena desgastarse tanto en esta competición, en las eliminatorias ante Valencia y Athletic, para luego caer en semifinales ante el Real Madrid. El Atlético ya ganó la Copa el año pasado y el debate radica en si Simeone tendría que haber desgastado menos a sus jugadores. En cualquier caso, es bueno que el Atleti luche siempre por todo. Unas veces sale bien y otras, como en este caso, no. La eliminatoria se perdió en el Bernabéu porque el Madrid tuvo más ganas y más hambre que el equipo rojiblanco.
El mecherazo. Uno no puede ir a un campo de fútbol con la idea de tirar nada a nadie. Ni a un futbolista rival ni al árbitro. A nadie. Se llame Cristiano, Casillas, Messi o como se llame el contrario. El fútbol no es eso. El fútbol es ir al estadio a apoyar a tu equipo. El hincha no puede marcar goles, pero sí animar y ayudar a los suyos. Eso ha hecho siempre la afición del Atlético. Y más cuanto peor estaba el equipo. Por eso es una afición modélica. Pero no hay que confundir rivalidad con estas cosas. Y tampoco generalizar porque un impresentable no representa a nuestra hinchada. Gente así hay en el Calderón y en muchos estadios más. Otro energúmeno le tiró algo a Courtois en la final de Copa. Gente así no puede ir al fútbol. A los atléticos nos tocará aguantar el chaparrón estos días. A mí, el de muchos de mis amigos, el de mi padre, el de mi hermano... A ellos les tocó aguantarme el 17 de mayo pasado. Entonces reímos nosotros. Lo hicieron mis hijos y mis sobrinos. Y muchos amigos míos. Eso es el fútbol. Familias y amigos repartidos entre dos equipos, dos clubes, dos colores... Desde hace mucho tiempo nos felicitamos porque en los derbis todo transcurre con normalidad. La grada estaba muy caliente por todo lo que pasó en Chamartín hace unos días, pero hay una línea que no debe pasarse.
El día 2. El día 2 de marzo se jugará otro derbi, en este caso liguero. Y habrá mucho en juego. El Calderón estará lleno, vendrán peñas de fuera, y ambiente festivo. Esperemos que la historia sea diferente. El Atleti no puede ser un equipo vulgar de una semana a otra. Aún queda Atleti para rato.