Así desde el siglo XX...

Memoria. Hay que tirar de ella para recordar la última vez que el Madrid perdió en el Calderón. Fue a finales del siglo XX, cuando todavía se pagaban las cañas con pesetas y las únicas tabletas que había eran de chocolate. Desde aquel 3-1 del 12 de junio de 1999, para el Madrid visitar al Atleti es un ejercicio de gozo y disfrute. Sabes que vas a ganar con casi toda seguridad. Un sentimiento que es fuerte como una roca de granito desde que Casillas juega ante ellos como titular. En los 26 derbis que salió de inicio ante los vecinos del Manzanares, ni una sola derrota. No es cuestión de ser talismán. Simplemente, es el mejor portero de la historia y a los rojiblancos les tiene comida la moral. Por delante de sus guantes de acero han ido desfilando Torres, Kun, Forlán, Falcao... A todos los ha aburrido y han tenido que emigrar a tierras lejanas para quitarse esa pesadilla mostoleña de encima. Iker ha cuajado una Copa imperial. Portería a cero. No hay precedentes en la historia de la competición. ¡Toma ya! La última Copa se ganó en Mestalla con una exhibición suya ante Pedro, Iniesta y Messi (1-0, gol de Cristiano). En la final del 19 de abril será un muro para Barça o Real Sociedad. Admito apuestas....

Factor Cristiano. El portugués salió tan enchufado como siempre. A los seis minutos le hicieron un penalti del tamaño de la catedral de La Almudena y él mismo puso el 0-1 que dejó apagado el fuego de la remontada de nunca jamás. Minutos después, Insúa sacudió a Bale y nuevo penalti de catálogo. Cristiano, ni se inmutó. Gol 235 desde que está en el Madrid y su 34º en lo que va de temporada. Una pena que hasta dentro de dos semanas, salvo que prospere el recurso al CEDD, no vayamos a poder verle en los terrenos de juego. En Liga reaparecerá justo aquí, en el Calderón (2 de marzo). El mismo escenario en el que firmó un hat-trick ante Courtois y un doblete, anoche, ante Aranzubia. Una pena que un cobarde quisiese apagar su frustración lanzándole un mechero a la cabeza. La Policía sigue buscándole. Que no vuelva a pisar en su vida un estadio de fútbol. Esa sería la condena más adecuada. El fútbol no puede admitir sujetos de este calado. Y Cristiano volvió a mostrar su espléndida faceta humana al telefonear tras el partido a Manquillo para ver cómo estaba tras su tremendo impacto en el cuello. El chaval le dijo que todo bien y el portugués se quedó aliviado. La acción fue fortuita, pero Cristiano quería quedarse tranquillo. Detallazo.

Triple Corona. Ancelotti ya tiene segura su primera final (el Sábado Santo), va bien posicionado en el triliderato de la Liga y es claro favorito ante el Schalke en los octavos de la Champions. Este equipo huele cada vez mejor. No descarten la Triple Corona. Hay plantillón, un gran entrenador y una afición muy ilusionada. Y con Iker y Cristiano, todo es más fácil...