Tres héroes y un genio
Sergio Rodríguez estuvo a punto de tirar la final. A punto. Perdió el balón que originó el 2+1 de Oleson y situó al Barça un punto por delante. Y se lanzó él solo contra el mundo en esa última posesión. Bien defendido por Sada y algo descontrolado, estaba destinado al fracaso. Cualquier otro, sí. El Chacho, no. Sin más salida que un tiro desesperado, saltó y Papanikolaou, viéndole en el aire aparentemente indefenso, se concentró en ayudar a Sada y dejó solo a Llull, su par. Game over.
En el tiempo que un ser humano normal necesita para pestañear, el canario procesó la situación y la resolvió como si fuera un puzzle de dos piezas. Con la idea de lanzar en la mente, vio venir al griego y supo que había un compañero solo, que era Llull, dónde estaba y cómo pasarle. El menorquín no le falló y remató el gran trabajo previo de Rudy y Mirotic. Tres héroes, sí, pero sólo hubo un milagro. Sergio Rodríguez estuvo a punto de tirar la final. Sergio Rodríguez salvó la final. Cosas de genios.