En Dublín, mejor que en Edimburgo
Irlanda-Gales, es el mejor partido de la jornada, el segundo match-ball del torneo. Un choque que elimina a uno de los dos para conseguir el Grand Slam. Cómo ha cambiado el rugby, porque hace años, una jornada en la que se enfrentaban Escocia e Inglaterra, con la Copa Calcuta en juego, era considerado como el partido estrella del dia. Mientras que un encuentro entre Irlanda y Gales era valorado como un partido menor. Hoy, este enfrentamiento es, posiblemente, uno de los mejores partidos del torneo, por el estilo de rugby que practican ambos equipos. Los dos con un gran sentido de jugar el balón y atacar. Un gran partido que, sin embargo, carece del aliciente de ver ganar o perder, según los gustos, a Inglaterra, el equipo referencia para medir el tamaño de las victorias.
Atrás quedan aquellos años en los que estos dos equipos fueron los peores del torneo, antes de que se incorporara Italia y se formara el Seis Naciones. Y si echamos la vista atrás, nada como un encuentro Escocia-Inglaterra, cuando el partido en el que se ponía en juego la Copa Calcuta era considerado como el más atractivo del torneo, y más si se jugaba en el estadio de Murrayfield. Hoy, sin embargo, este encuentro no levanta tanto interés como el que se juega en Dublín. La película es casi siempre la misma, el sonido de las gaitas para intimidar a Inglaterra sólo dura hasta que el árbitro pita el inicio del partido y después se ve ganar con facilidad a los ingleses. Si quieren ver un buen rugby, un partido de verdad, vean el que se juega en Dublín.