El Valencia ya es uno de los grandes: juega y gana
Rudy y Shermadini. La siguiente prueba para el Real Madrid es el CAI Zaragoza, un equipo también programado para forzar un partido en el que el Madrid no alcance los ochenta puntos. En ese tipo de encuentro el CAI sólo encontraría opciones si además acierta con los triples y controla las pérdidas de balón. Shermadini no es Krstic, pero no deja de ser la principal amenaza para la defensa blanca. Claro que, peor lo tiene el CAI buscando dispositivos para reducir a Rudy Fernández.
Trámite culé. El Barcelona llega a semifinales prácticamente sin desgaste, como planeaba. Ningún jugador alcanzó veinte minutos disputados en el trámite contra el Iberostar Tenerife. La mejor impresión es que su amplia batería de jugadores de perímetro parece llegar a esta cita en un estado óptimo de juego y de tono físico.
Como los equipos grandes. El Valencia tiene que ser etiquetado esta temporada como uno de los grandes. Juega, gana, espera su momento y solventa las dificultades como un equipo grande. Solo tiene un tic diferente, y es que no juega Euroliga, su gran anhelo y objetivo, su objetivo como razón de vivir en estos tiempos. El Valencia confía en su capital, su suerte y en la justicia que suele acompañar a las cosas bien hechas y planificadas pero, mira por dónde, en el duelo contra el Baskonia fue peor a los puntos. Por primera vez en la temporada el equipo de Perasovic debía salir del agarre filosófico tan de moda del partido a partido y concretar su valor real en medición directa. Los fallos desde la línea de tiros libres denotaban su incomodidad ante el fantástico encuentro que libraba el Laboral Kutxa. En el tercer cuarto ya los dedos se les estaban haciendo huéspedes, pero los minutos pedestres de Poeta y varios errores sucesivos de Hamilton metieron al Valencia en la disputa al inicio del último periodo. Las ausencias, las faltas de Pleiss y los minutos acumulados por obligación por Nocioni dejaron débil al Laboral Kutxa al final. Enfrente estaba un equipo grande esperando contrarreloj, que su rival agonizara.
Vivir con clase. Saber vivir no sólo era el programa de televisión española sobre salud del que salieron despechados Manuel Torreiglesias y el doctor bromista Luis Gutiérrez. Saber vivir es saber permanecer en un lugar destacado y reaccionar convenientemente a los mejores y a los peores momentos, que siempre llegan. San Emeterio, el artífice de la canasta que le dio al Baskonia su último título de Liga, en 2010, cometió la falta que firmó la derrota del Laboral Kutxa y puso fin a la racha de doce semifinales de Copa consecutivas. San Emeterio, un fijo indiscutible en las tres últimas medallas de la Selección, asumió la situación y no puso un pero al desafortunado desenlace. Llamemos Eme a San Emeterio, como al personaje líder de la agencia exterior de la inteligencia británica en las películas de James Bond. ¿O no era Epi San Epifanio?