Toca calmar a Costa y seguir igual
Las recaídas son inevitables. Un reencuentro que se va de las manos, un cigarrillo furtivo, un hundimiento en el Bernabéu... Esas cosas pasan. Lo importante es rehacerse y el Atleti tiene mil argumentos para ello. Es líder de Primera, recordemos. Lo principal para superar el golpe, que existe y es fuerte, es olvidarse de las excusas. Si las busca, las encontrará en la suerte y el árbitro: dos goles de rebote, Arbeloa haciendo cosas de Arbeloa, Modric sacando un balón bajo palos justo antes del 3-0... Pero sería maquillaje hortera: el Madrid fue muy superior y punto. Y el por qué es lo que debe preocupar a Simeone, que aparte de cuestiones puntuales (las malas actuaciones de futbolistas tan fiables como Courtois, Miranda, Diego o Arda) tiene un par de problemas serios.
El primero, Insua, que desentona gravemente. La baja de Filipe es temible pensando en Milán. Algo tendrá que ingeniar el Cholo para disimular el agujero, pero como no conozca un curandero... El segundo, Diego Costa, al que el Madrid sacó del partido con más facilidad que elegancia. Ya le pasó ante el Sevilla y la estrategia va a ser habitual. Como el alcalde de Amanece que no es poco, los demás son contingentes, pero él es necesario. El Atleti puede lograr la Liga y soñar con la Champions. Se ha ganado estar en esas quinielas. Pero no puede competir con los mejores si su estrella se pierde en batallas contra los secundarios del enemigo. Toca terapia. Las recaídas suceden. Hay que arreglar los desperfectos, vivir con ellas y seguir adelante. Siendo líder es más fácil.