Espinilleras del Barça en Kiev
No son soldados. Ni antidisturbios. Son rebeldes ucranios, autoproclamados Guardia Nacional, que luchan desde hace dos meses contra el gobierno de Víctor Yanukovich. Se preguntarán qué tiene que ver esta historia con el deporte y encontrarán la primera pista en el círculo superior. El uniforme de los sublevados es tan rudimentario que nuestro accidental protagonista se cubre los antebrazos con dos espinilleras del Barcelona. No es el único apaño casero. También se usan protecciones de motocross. Y no sobran. La Policía ataca a los manifestantes con granadas aturdidoras y chorros de agua. Cuando no usa pistolas. Los insurrectos se defienden con adoquines y cócteles molotov; así han tomado varios ministerios. La tortura del invierno recrudece los enfrentamientos: 15 grados bajo cero.
Todo comenzó hace dos meses, cuando el presidente Yanukovich aplazó indefinidamente el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. La presión de Rusia para que Ucrania no se echara en brazos de Europa resultó clave. La oposición, pro-occidental, se lanzó a la calle y tomó la Plaza de la Independencia, junto al estadio del Dinamo.
Yanukovich, el mismo presidente que encarceló a la opositora Yulia Timoshenko (por ello protestaron en la Eurocopa 2012 España, Francia, Alemania e Inglaterra), reaccionó aprobando leyes contra el derecho de reunión y manifestación. De inmediato, la revuelta se llenó de sangre y fuego.
En ese ambiente emergió la figura de Vitali Klitschko, ex campeón mundial de boxeo, hermano de Vladimir (actual campeón de los pesos pesados) y líder del principal partido opositor. Casado con la exatleta Natalia Egorova, Klitschko se ha puesto en cabeza de las protestas. Su reivindicación es la del pueblo: elecciones.
Conectado. Hay demasiado deporte en este relato como para pasarlo por alto. Ni siquiera la espinillera del Barça es casual. En la temporada 93-94, el Dream Team le puso broche a su mejor partido. Fue ante el Dinamo (4-1, 30 tiros a puerta) y sirvió para remontar un 3-1 en Ucrania. Desde entonces Kiev ha aprendido a defenderse.