El Ferrari de la esperanza

Lo sé. Admito que suene a discurso vacío, a cantinela sin sentido pero no nos queda otra que aferrarnos a la esperanza y creer que este año sí, que de una vez por todas en Ferrari han hecho bien los deberes durante el invierno para afrontar la nueva temporada siendo competitivos. Y más allá de los deseos de muchos aficionados españoles, de aquellos incondicionales que mantienen la certeza de que Alonso ganará en cuanto tenga un coche que se lo permita, en esta ocasión hay un argumento bastante sólido que nos permite ser algo más optimistas. A menudo comentamos que quizá en Ferrari sea necesario un golpe de timón, un cambio de rumbo técnico, deportivo o quizá organizativo que le devuelva el esplendor perdido. Una transformación que no ha terminado de llegar de forma natural, pero que sí viene ahora forzada por la nueva reglamentación.

Para 2014 podemos hablar de auténtica revolución tecnológica. La RAE define lo revolucionario como “cambio rápido y profundo en cualquier cosa”, que es justo lo que puede hacer falta en Maranello para volver a ser realmente competitivos. Los motores, o unidades de energía como parece que se llaman ahora, abren un abanico de posibilidades inmensas a los equipos. Oportunidades para despuntar…. aunque también para arruinarlo todo. No es la Fórmula 1 de motores que tanto han reclamado desde Ferrari, pero sí una Fórmula 1 muy diferente y cargada de incertidumbres que debemos esperar los mejores resuelvan con acierto. Así que ojalá que ese monoplaza que hoy descubren represente de una vez por toda la excelencia que se supone en una leyenda.