El doblete español en el Dakar tenía que llegar

Estaba convencido de que llegaría. Sabía que era cuestión de tiempo, antes o después la calidad de los pilotos españoles debía servir para conseguir ese doblete de victorias en el Dakar que hoy es ya una realidad. Nani Roma ya sabe lo que es ganar en coches, como diez años antes hizo en motos, y Marc Coma luce ahora un póker de triunfos en motos que le coloca también en el altar de los grandes de la carrera desértica por antonomasia. Atrás, en ambos casos, quedan muchos esfuerzos, sacrificios, sufrimiento, momentos difíciles, dudas e incluso decepciones... Pero ya nada importa, la satisfacción de semejante éxito compensa todo lo anterior con creces y debemos felicitarnos por ello.

Son, además, dos vencedores intachables, solventes durante una competición maratoniana y tremendamente dura, la más exigente de cuantas se han disputado en Sudamérica. No han presentado su candidatura de forma tímida o frágil, más bien lo contrario: desde su experiencia han sabido gestionar a la perfección y en cada momento el ritmo de la carrera, sin cometer errores y forzando cuando ha sido necesario. Me llegó a preocupar en cierto momento ese catarro descomunal de Coma, pero su fortaleza física es tanta como la humana y deportiva. En cuanto a Roma, los líos de las últimas jornadas se hubieran podido evitar y habríamos disfrutado de otro modo del desenlace, aunque eso ya es insignificante. Lo que cuenta, lo que aplaudimos y celebramos, es que dos españoles son los reyes del desierto en este 2014. ¡Enhorabuena a ambos!