Calama: allí donde crecen los camiones

Cuando en 2011 pisé Calama me dio la impresión de que hasta hacía poco allí no había nada. Lo sientes al volar la zona, cuando aterrizas y respiras el aire que allí corre. Es lo que tiene estar en medio del enorme desierto de Atacama. Sobre el origen del nombre de Calama hay dos teorías: que proviene del Kunza ‘Ckara-ama’ y significa “ciudad en el medio del agua” o que lo hace de ‘Ckolama’ y quiere decir “lugar donde las perdices abundan”. Me quedo con la primera, no pasé tanto tiempo allí como para familiarizarme con su fauna. Calama y su vida giran en torno a la minería. El cartel promocional del Dakar lleva el lema de ‘Calama: Una invitación a encontrarse’ y una foto inequívoca: aparece un dumper (camión minero) junto a un camión que disputa la carrera. El papá y el niño, y es que el tamaño de esos monstruos de la minería asusta: 620.000 kilos por los 9.000 del Iveco de De Rooy. En el Dakar 2012 comí junto a uno de esos dumpers, inmenso, me dio sombra ya para toda la carrera. Hasta Calama quería llegar Yamir Ortíz, piloto local de motos acusado en la previa del Dakar de agresión por una presunta deuda con unos neumáticos. “Nunca se le pegó al sujeto”, se defendió el piloto. Quería resarcirse de esa acusación triunfando en su querida Calama. La lástima es que su Dakar acabó en la 4ª etapa.

‘Dicciodiario’: Estar funao. Con problemas, acabado. Nadie hubiera pensado colgarle esa etiqueta a Despres al empezar la segunda semana de carrera. Él, sin embargo, no baja los brazos. ¡Qué grosso (grande) el francés!