Un central que va a dejar huella

Pepe se encuentra en un momento de esplendor. En esta su sexta temporada en el Madrid ha alcanzado una madurez ideal, que llega de una templanza de aquellos ímpetus mal medidos que alguna vez le perjudicaron seriamente. Pepe cumplirá 31 años en febrero y por las venas le corre sangre madridista. Lo refleja con su entrega en el campo, siempre entusiasmado, jugador de equipo, valiente en los momentos difíciles y garantía de rendimiento para cualquier entrenador que busque seriedad atrás. Para Ancelotti, por supuesto.

A veces se le cruza un cable y da chispazo, pero ya ha controlado mejor que bien tal desajuste, por el que pagó su precio. Hoy Pepe mantiene la cuota de furia, la propia de un central impetuoso, cargado de carácter, pero administra la energía con acierto para dirigirla al lado positivo. Por ejemplo, para asomar en Cornellà y marcar un golazo de cabeza volando con poderío sobre el área de Kiko Casilla. Un gol que al Madrid le mete en la pelea por la Liga. Un gol que estaba escrito para Cristiano, para Bale o Benzema. Sin embargo fue Pepe quien asumió la responsabilidad de irse arriba para sacar a su equipo del apuro. Con estas arrancadas vimos a grandes jugadores dejar huella en el Madrid. Y Pepe lo está consiguiendo.