Cuenta atrás para la ACB
Van para cuatro los meses de desgobierno en la ACB tras el cese de Albert Agustí. Y uno para que la ACB no llegara a un acuerdo sobre el nombramiento de su presidente ejecutivo. Hubo un intento después para conseguir el voto que le faltó a Albert Soler, pero tampoco prosperó. Entonces la comisión encargada de presentar y evaluar candidatos dimitió al reconocerse incapaz de aportar más propuestas. Y en esas estamos. Hay convocada una asamblea para el próximo día 20 sin saber para qué, porque nuevos candidatos no hay. Siguen dando vueltas los nombres de Soler y de Alfonso López, pero al primero le seguirá faltando un voto, salvo que el Madrid se lo dé, y el segundo renunció a presentarse tras un incorrecto tuit contra el Barcelona.
La peor de las situaciones se está dando, y la impresión es que la ACB empieza a entrar en fase terminal. El deterioro de su marca aumenta día a día, y no sería de extrañar que si el desgobierno se extendiera más allá del día 20, los patrocinadores empezaran a huir. ¿Con quién negociar? ¿Qué planes de desarrollo hay para encajar nuevas marcas? Endesa, por cierto, está dando un ejemplo de paciencia infinita. Aporta el 60% del presupuesto de la ACB, y algo tendría que decir. Mas no le han dado voz ni voto en esta crisis, cuando se le puede considerar el primer accionista. Ha apostado por el baloncesto, pero el baloncesto no se acaba en la ACB. De hecho, también patrocina a la Federación. La ACB está con media en las agujas; si se fuera Endesa sería la puntilla.