Un respiro en la azotea de Argentina

Por fin el descanso. Corto, sirve apenas para coger aire y seguir, pero el respiro en Salta se agradece. Cumplimos una semana de carrera y los pilotos llevan 4.676 kilómetros entre pecho y espalda. Tocamos con la cabeza en lo alto de Argentina, sólo Jujuy nos separa de Bolivia, que se estrena en nada, dos días. Salta lleva el Dakar en sus venas, tanto que está hermanada con otras dos huellas de esta carrera: las chilenas Iquique (la del tobogán vertiginoso hacia el Pacífico) y Calama. La carrera llega zarandeada por bajas y penalizaciones, con gigantes gibarizados como Despres o Sainz. Aquí hay guerra abierta, aquí hay tomate, diría alguno, aunque lo de los tomates mejor no tocarlo estos días en Argentina. Jorge Capitanich, jefe de Gabinete, dijo que la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, había ordenado importarlos de Brasil “para garantizar el abastecimiento a los consumidores” ante la amenaza de una escalada de precios. Un día después, marcha atrás en la medida. Quien no va hacia atrás, sino hacia adelante es Daniel Domaszewski, el salteño de los quads. Lo suyo es un EJEMPLO: hace cinco años sufrió un accidente con una moto de agua que lo obligó a 17 operaciones y casi lo deja sin caminar. Hoy disputa el Dakar. Y va décimo. Lo dicho, EJEMPLO.

Dicciodiario: Factura. Bollería. Como la que tomamos para desayunar o merendar. Nada que ver con la factura que en Kamaz deben abonar por el siniestro total de su monstruo de 9.500 kilos, dorsal 503, con el que Mardeev dio una voltereta en la arena. Su chapa aún resuena en la noche.