Mejor huir de los prejuicios

Los investigadores del accidente de Schumacher han ofrecido sus primeras conclusiones y parece que no existen indicios de imprudencia en la actitud del alemán. Debíamos esperar a tener más datos sobre lo ocurrido, era lo que tocaba en una situación tan delicada, aunque no faltó quien ya se lanzó al abismo de la rumorología: que si Michael es un alocado, que si esquía como pilotaba (a saco), que se veía venir… Teoría que nos refrenda que es mejor huir de especulaciones gratuitas, sobre todo cuando lo que está en juego es la vida de una persona. Quedan aún algunas lagunas sobre lo que pasó en esa estación invernal, pero da la sensación de que todo se reduce a los caprichos del destino…

El heptacampeón germano de F-1 es un esquiador experto, tiene una percepción excepcional de la velocidad y sabe lo que se trae entre manos mejor que la mayoría. Perdió el equilibrio con tan mala suerte que su cabeza fue a parar directamente contra una roca, suficiente para llevarle a la situación crítica en la que se encuentra, incluso utilizando un casco de esquí, que desde luego protegen pero no hacen milagros. Parece increíble que el peor accidente de alguien que se ha jugado la vida tantos fines de semana a 350 kilómetros por hora llegue en un tropiezo que no debió tener mayor trascendencia para Michael. Pero así es la vida… tengámoslo todos en cuenta.