Xabi Alonso continúa sin decir ni ‘mu’
Estrategia. Tras los primeros contactos con Alonso para renovar su contrato el pasado año, todo hacía indicar que el jugador quería conocer su estado físico, tras la famosa pubalgia, para tomar una decisión. Esa teoría incluso se ha visto reforzada en las últimas horas con la declaración desde Inglaterra de su buen amigo Arteta, que aseguraba que si el tolosarra estaba dudando era por saber cómo está de salud. Pero según han avanzado las fechas en el calendario, el Madrid sabe que eso no es del todo cierto. Porque de serlo no tendría mucho sentido que su representante, Iñaki Ibáñez, no pare de tantear ofertas en Inglaterra e Italia. En esas conversaciones con otros equipos no se habla para nada de carga de partidos, edad del jugador o sacrificios… Se habla de dinero.
En su derecho. El centrocampista está en todo su derecho de buscar el mejor contrato posible, sabiendo que será su última gran oportunidad. Pero al final, como pasó con la mejora de contrato de Cristiano, la tristeza o los problemas físicos, acaban arreglándose con dinero encima de la mesa. Xabi cobra algo más de cuatro millones por temporada en el Madrid. Una cifra importante cuando fue fichado del Liverpool pero que por su rendimiento en el último lustro ha quedado desfasada. Su gran baza para sacar el máximo posible está en negociar lejos de Madrid. A su contrato por temporada habría que añadir una suma muy importante por prima de fichaje que se ahorra el equipo que lo quiera, ya que queda libre en el mes de junio.
Sin opción. Lo que sorprende, a estas alturas, es que el Madrid aún no haya tenido oportunidad de mostrar sus cartas. El mencionado representante dice que es una decisión personal del futbolista. Y de ahí no sale. Vamos, que el Madrid no ha pujado porque no le han invitado a que lo haga. ¿Podrá ejercer el simbólico derecho de tanteo una vez se descubra el verdadero interés de otros? Complicado.
El papel de Carlo. Y a todo esto, ¿qué hace Ancelotti en este asunto? Pues ejercer de confidente del jugador pero sin demasiado éxito, por lo que parece. Su optimista visión del asunto tras jugar el amistoso en Qatar dejó perplejo a más de uno. Confundir los deseos con la realidad cuando se ha llegado a este punto muerto no parece muy sensato. Posiblemente el entrenador tiene más información que la gente que se mueve por la zona noble del Bernabéu. Y si no ha compartido dicha información, cuadraría mal.