¿Dakar de transición para Sainz?

Carlos Sainz ha liderado el desarrollo de su nuevo buggy, lo que es una garantía. Sin embargo, tras la envolvente que le organizó Al-Attiyah, tampoco ha tenido demasiado tiempo para ponerlo a punto y fiabilizarlo, así que vuelve a enfrentarse a un Dakar cargado de incertidumbres mecánicas, a las que debemos sumar las propias de una competición que todo parece indicar será especialmente exigente este año. Por ello creo que, al menos en principio, no debemos ser muy ambiciosos respecto a sus opciones, sobre todo porque enfrente tendrá a la poderosa escuadra Mini, con lo necesario y algo más para ser favorita indiscutible al triunfo en cuatro ruedas. Milagroso sería que el madrileño pudiera inquietarles durante tantos días de carrera.

Podría ser éste, por tanto, un Dakar de transición para Sainz. Pero al igual que el pasado año no entendí qué pintaba un piloto de su categoría en un proyecto tan poco solvente como el de Al-Attiyah, ahora sí que encuentro que su participación está sobradamente justificada con vistas al futuro (dejando al margen, por supuesto, que tiene el derecho de correr dónde y cómo le apetezca). Hoy es pronto, claro, para hablar de 2015 y él lo evita, pero lo cierto es que la propuesta de Peugeot le entusiasma y sabe que será ganadora. Así que mantenerse en la pomada, con la tensión o el tono de la competición y conociendo aún mejor los secretos de Sudamérica puede resultar muy valioso para cuando llegue, de verdad, la oportunidad de luchar por vencer.