La buena y la mala fama de los jeques
El partido de hoy es un ejemplo de lo que mueve el dinero del Golfo Pérsico. Que dos de los grandes de Europa metan con calzador un amistoso cuando el calendario les asfixia, demuestra tal poder. Nos tomamos a chirigota la influencia de los llamados jeques y no deberíamos. Una cosa es que llegue determinado personaje a Málaga, primo del primo, y acabe haciendo un agujero, y otra bien distinta que generalicemos en las inversiones que realizan. Los que realmente tienen la pasta son gente bien asesorada, con preparación y locos del fútbol. Gente que viene para quedarse. Pero como en el resto de negocios que hacen, lo único que no perdonan es que les tomen por tontos o que les engañen.
Por lo demás, se amoldan a las reglas del juego. Este partido viene como consecuencia del fichaje de Ancelotti por el Madrid. Como hubiera hecho cualquier otro dueño de club, el jeque pidió compensación por su marcha. Y parte de la misma se pagará hoy con este amistoso. Saben que su dinero no lo puede todo y que cuando un jugador o técnico quieren irse, se van. Entonces, sacan tajada como el resto de mortales. Pero, insisto, son gente seria en los negocios. Los escasos ejemplos de inversión que hemos tenido en España no valen. Aquí parecen fallar los controles reguladores que existen en Inglaterra o en Francia.