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J.J. Santos

Luces y sombras: Casillas Cristiano, Cholo y Costa

Calvario. Hace un año que Casillas dejó de disfrutar con el fútbol. Sin una razón deportiva, vio como Adán le sustituía en la puerta. Sabía que su entrenador le estaba pasando factura por enfrentarse a él de puertas para adentro. Lo asumió sin rechistar. Como ha asumido lo que ha venido después, lesión y suplencia. Pero nunca olvidará cómo empezó todo. Y tampoco quién salió a dar la cara y quién no. Por eso este año que termina ha cambiado su manera de pensar. Hasta hace unos meses, jamás se había visto fuera del Madrid. Ahora sí. Le quedan cinco años al máximo nivel. Luego, un retiro dorado en Qatar aprovechando que buscarán reclutar grandes jugadores para promocionar su Mundial. Y le queda la ilusión de volver algún día para trabajar en los despachos. ¿Presidente? Lo que no contempla es sentarse en un banquillo. Como jugador, tampoco.

Año dorado. Por el mes de mayo, Cristiano estaba cerca de arrojar la toalla y finiquitar su etapa en España. Acababa de perder el tercer título del año ante el Atlético y no veía salida. En ese momento se produjo el adiós de Mou y desde dentro le hicieron ver que necesitaban un líder. Las palabras vinieron acompañadas de muchos ceros en la renovación. Notó que todos se agarraban a él. Ni el fichaje de Bale le hizo sombra. Y así, sintiéndose realmente imprescindible, empezó a caer la lluvia de goles. Por primera vez dice lo que siente cuando asegura que quiere retirarse en el Madrid.

Liga o Champions. Aunque parezca un contrasentido, al Atlético le puede salir muy caro ganar un gran título. Conquistada la Europa League, la Supercopa de Europa y la Copa del Rey, Simeone tiene entre ceja y ceja conquistar la Liga o la Champions. Será entonces cuando atienda el viejo sueño del Inter de incorporarle como técnico. Quien dice Inter dice cualquiera de los grandes de Europa. No tiene prisa por multiplicar por diez su actual contrato. Sabe que en ningún sitio será tan feliz como en Madrid, pero también sabe que su carrera no termina aquí. Eso sí, antes un gran título.

Gratitud. Diego Costa no hipoteca su futuro a ganar ese gran título, como el Cholo. Pero no va a olvidar lo que en el Atlético han hecho por él. Siente que está muy bien pagado, que es la estrella del equipo y con eso le vale. Falta que no empiecen a enredar los que buscan sacar tajada con las famosas comisiones. La ventaja es que el futbolista está sobrado de personalidad.