Todo lo que le deja al Betis Mel
Para empezar a saber cuánto ha hecho Pepe Mel por el Betis había que estar en el Portil a finales de julio de 2010. Una pretemporada en la que un 80 por ciento de una plantilla con 30 jugadores empezó a entrenarse como si aquello fuese una despedida de soltero en Miami. A una horita, en Sevilla, el Betis saltaba hecho pedazos. Luis Oliver le había comprado el club a Lopera y la jueza Alaya había suspendido la venta para nombrar tres administradores judiciales que luego se mezclaron con los concursales y un Consejo lleno de topos. Una mina institucional.
Sería demasiado suave decir que el Betis era una bomba la última semana de agosto de 2010. En medio de una trama diabólica de despachos, Mel devolvió al Betis a Primera. Y mucho más. Descubrió a Beñat, Pozuelo, Cañas... Y sobre todo unió en torno a él una masa social dividida en mil facciones. Después del ascenso, y con el presupuesto en los huesos, consolidó al club y le regaló aquel 1-2 en el Sánchez Pizjuán. Finalmente, devolvió a Heliópolis el EuroBetis. Y más. Descubrió a Vadillo y forjó esas ventas (Beñat) que han saneado el club y de las que tanto ha presumido su ejecutor, el oportunista Bosch. Un abogado que administra unas acciones que no son suyas y se renta de ellas pero que no tiene reparo en decir que no le interesa el fútbol. Pues bien. Bosch sabe que el Betis se iba por la alcantarilla y eso no se puede consentir en Sevilla. Y que si siguió en pie fue por su gente, sus esforzados jugadores y Pepe Mel. Volverá.